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Hemovitreo y proliferación vítrea: Causas y tratamientos avanzados

El hemovitreo y la proliferación vítrea son condiciones oftalmológicas graves que afectan la cavidad vítrea y la retina, pudiendo derivar en complicaciones severas como la vitreoretinopatía proliferativa (PVR). Estas patologías requieren un diagnóstico preciso y tratamientos especializados para preservar la visión. En este artículo, exploraremos en detalle las causas del hemovitreo, su relación con la proliferación vítrea, el riesgo de desarrollar PVR y las opciones terapéuticas avanzadas, como la crioterapia y el plombaje escleral.

¿Qué es el hemovitreo?

El hemovitreo es la presencia de sangre en la cavidad vítrea, el gel transparente que rellena el espacio entre el cristalino y la retina. Esta condición puede causar una disminución repentina de la visión, generalmente indolora, y se asocia con diversas etiologías, como desprendimientos de vítreo posterior, desgarros retinianos, traumatismos oculares, retinopatía diabética proliferativa, oclusiones venosas retinianas o incluso trastornos sistémicos de coagulación. Según datos clínicos, los hemovitreos densos pueden estar asociados con un 67% de desgarros retinianos y un 39% de desprendimientos de retina si no se tratan de manera oportuna.

La sangre en el vítreo forma inicialmente un coágulo localizado, seguido de procesos de fibrinolisis y lisis extracelular de eritrocitos. Sin embargo, en casos prolongados, la presencia de sangre puede desencadenar complicaciones graves, como la proliferación de tejido fibroso, lo que nos lleva a la siguiente condición: la proliferación vítrea.

Proliferación vítrea: Una complicación retiniana

La proliferación vítrea se refiere al crecimiento anormal de tejido fibroso o vasos sanguíneos dentro de la cavidad vítrea, a menudo como respuesta a un daño ocular, como un hemovitreo persistente o un desprendimiento de retina. Este tejido proliferativo puede ejercer tracción sobre la retina, causando distorsión, pliegues o incluso desprendimientos traccionales. La proliferación vítrea está íntimamente ligada al desarrollo de la vitreoretinopatía proliferativa (PVR), considerada la complicación más temida por los oftalmólogos debido a su impacto en el pronóstico visual.

Las causas de la proliferación vítrea incluyen inflamaciones crónicas (como uveítis), infecciones intraoculares, traumatismos penetrantes y procedimientos quirúrgicos previos, especialmente aquellos relacionados con el desprendimiento de retina. En pacientes jóvenes, las respuestas inflamatorias postquirúrgicas tienden a ser más agresivas, aumentando la probabilidad de proliferación vítrea y cicatrización excesiva.

Vitreoretinopatía proliferativa (PVR): Un desafío quirúrgico

La vitreoretinopatía proliferativa (PVR) es una complicación grave que ocurre cuando las membranas celulares preretinianas y subretinianas proliferan, incrementando la rigidez de la retina. Esta rigidez dificulta la reaplicación de la retina al interior cóncavo del globo ocular, asemejándose a un guante tenso que se separa de la mano. La PVR es la principal causa de fallo anatómico en la cirugía de desprendimiento de retina regmatógeno, con tasas de reaplicación exitosa que históricamente oscilaban entre el 34% y el 47% con técnicas de indentación escleral, aunque las técnicas modernas han elevado esta cifra a más del 95% en muchos casos.

La PVR se caracteriza por la proliferación de células gliales, células del epitelio pigmentario y fibras colágenas, que forman membranas que traccionan la retina. Factores de riesgo incluyen traumatismos oculares, especialmente perforantes, y respuestas inflamatorias individuales intensas. En casos severos, la PVR puede complicarse con agujeros maculares o desprendimientos de retina recurrentes, lo que requiere intervenciones quirúrgicas avanzadas.

Diagnóstico y evaluación

El diagnóstico de hemovitreo y proliferación vítrea requiere una evaluación oftalmológica exhaustiva. La ecografía ocular es fundamental en casos de hemovitreo denso, ya que permite detectar desgarros retinianos (en un 20,8% de los casos) y desprendimientos de retina (en un 54,2%). Además, técnicas como la tomografía de coherencia óptica (OCT) y la angiografía con fluoresceína pueden ayudar a evaluar la salud de la retina y detectar neovascularización o membranas epirretinianas. En pacientes con sospecha de PVR, la evaluación de la periferia retiniana bajo indentación escleral es crucial para identificar lesiones predisponentes.

Tratamientos avanzados

Vitrectomía: El pilar del tratamiento

La vitrectomía pars plana es el tratamiento quirúrgico de elección para el hemovitreo denso y la proliferación vítrea, especialmente cuando están asociados con PVR o desprendimientos de retina. Este procedimiento implica la extracción parcial o total del gel vítreo, permitiendo el acceso a las membranas proliferativas y la corrección de tracciones retinianas. Durante la cirugía, se pueden emplear técnicas adicionales como la fotocoagulación con láser para sellar roturas retinianas o la inyección de gases (como C3F8) o aceite de silicona para estabilizar la retina.

En casos de hemovitreo asociado con retinopatía diabética proliferativa, el uso de agentes anti-VEGF (inhibidores del factor de crecimiento endotelial vascular) antes o durante la vitrectomía ha demostrado reducir el riesgo de hemorragias postoperatorias y desgarros intraoperatorios, mejorando los resultados visuales a los seis meses.

Crioterapia: Sellado de roturas retinianas

La crioterapia es una técnica que utiliza frío extremo para crear una cicatriz controlada en la retina, sellando roturas o desgarros. Este método es particularmente útil en la cirugía de desprendimiento de retina y en casos de proliferación vítrea periférica. La crioterapia se aplica en la periferia retiniana, donde el acceso con láser puede ser limitado, y es especialmente indicada para tumores vasculares periféricos o lesiones predisponentes. Sin embargo, su uso debe ser cuidadosamente considerado, ya que puede inducir inflamación adicional, lo que podría agravar la proliferación vítrea en pacientes propensos.

Plombaje escleral: Soporte mecánico para la retina

El plombaje escleral es una técnica quirúrgica que consiste en colocar una banda o explante de silicona alrededor del globo ocular para indentar la esclera y acercar la retina desprendida a la pared ocular. Este procedimiento es efectivo en desprendimientos de retina regmatógenos sin PVR avanzada, ya que facilita el cierre de roturas retinianas y la reaplicación de la retina. Sin embargo, en casos de PVR severa, el plombaje escleral puede ser insuficiente si no se combina con vitrectomía, ya que las membranas proliferativas pueden impedir la reaplicación adecuada de la retina. La colocación precisa del explante es crucial, ya que una indentación mal posicionada puede llevar a un nuevo desprendimiento.

Retinotoma y retinectomía

En casos de PVR avanzada con incarceración retiniana o tracción severa, puede ser necesaria una retinotoma o retinectomía de relajación. Estas técnicas implican el corte controlado de la retina para aliviar la tensión causada por membranas proliferativas. La retinotoma debe ser circunferencial y de tamaño suficiente (a menudo mayor a 180 grados) para evitar tracciones postoperatorias. Sin embargo, estas intervenciones son traumáticas y se reservan para casos con experiencia quirúrgica previa en el manejo de PVR, ya que un corte inadecuado puede generar inflamación adicional o complicaciones como hemorragias.

Complicaciones y pronóstico

A pesar de los avances en las técnicas quirúrgicas, el hemovitreo y la proliferación vítrea con PVR conllevan riesgos significativos. Las complicaciones más comunes incluyen infecciones oculares, hemorragias intraoculares, glaucoma de células fantasma (causado por glóbulos rojos rígidos que obstruyen la malla trabecular) y desprendimientos de retina recurrentes. En pacientes con PVR severa, factores como hipotonia preoperatoria, membranas subretinianas difusas o daño al nervio óptico pueden limitar el éxito anatómico y funcional.

El pronóstico visual depende de la gravedad de la patología subyacente, el tiempo transcurrido antes del tratamiento y la salud macular previa. La vitrectomía temprana (dentro de las dos semanas) ha demostrado mejores resultados en casos de hemovitreo denso, especialmente en pacientes diabéticos tipo 1. En contraste, el tratamiento tardío se asocia con peores resultados visuales debido al riesgo de PVR.

Conclusión

El hemovitreo y la proliferación vítrea son condiciones complejas que requieren una intervención oftalmológica especializada para prevenir complicaciones graves como la vitreoretinopatía proliferativa. La vitrectomía, combinada con técnicas como la crioterapia y el plombaje escleral, ofrece soluciones efectivas para restaurar la anatomía retiniana y mejorar la visión. Sin embargo, el éxito depende de un diagnóstico temprano, una técnica quirúrgica precisa y un manejo adecuado de las complicaciones postoperatorias. Para obtener más información sobre estas condiciones y sus tratamientos, recursos como los proporcionados por Unovision pueden ser de gran utilidad para pacientes y profesionales.

Redacción UNO

Especialistas en oftalmología

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