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Glaucoma avanzado: Opciones quirúrgicas como la ciclofotocoagulación

El glaucoma es una enfermedad ocular crónica caracterizada por un aumento de la presión intraocular (PIO) que puede dañar progresivamente el nervio óptico, llevando a la pérdida irreversible de la visión si no se trata adecuadamente. En casos de glaucoma avanzado o refractario, cuando los tratamientos médicos como colirios o medicamentos orales no logran controlar la PIO, las opciones quirúrgicas se convierten en una alternativa esencial. Entre estas, la ciclofotocoagulación y la ciclodialización destacan como procedimientos dirigidos al cuerpo ciliar, la estructura ocular responsable de la producción de humor acuoso. Sin embargo, estas intervenciones no están exentas de complicaciones, como la blebitis, especialmente en cirugías de filtración. En este artículo, exploraremos en detalle estas opciones quirúrgicas, su mecanismo de acción, indicaciones, beneficios, riesgos y las complicaciones asociadas.

El cuerpo ciliar y su rol en el glaucoma

El cuerpo ciliar es una estructura anatómica clave en el ojo, localizada entre la esclerótica y la retina. Este componente no solo produce el humor acuoso, el líquido que mantiene la presión intraocular y nutre las estructuras internas del ojo, sino que también regula el enfoque visual a través de los músculos ciliares, que modifican la forma del cristalino. En el contexto del glaucoma, el cuerpo ciliar es un objetivo terapéutico crítico, ya que la sobreproducción de humor acuoso o su drenaje insuficiente son las principales causas del aumento de la PIO. Los procedimientos quirúrgicos avanzados, como la ciclofotocoagulación y la ciclodialización, actúan directamente sobre el cuerpo ciliar para reducir la producción de este líquido y, por ende, disminuir la presión intraocular.

Ciclofotocoagulación: Un enfoque láser para el glaucoma refractario

La ciclofotocoagulación es un procedimiento quirúrgico que utiliza energía láser para tratar el cuerpo ciliar y reducir la producción de humor acuoso. Este método es particularmente útil en casos de glaucoma avanzado o refractario, como el glaucoma neovascular, el glaucoma uveítico o en pacientes con baja agudeza visual donde otras cirugías, como la trabeculectomía, han fallado o no son viables. Existen dos variantes principales: la ciclofotocoagulación transescleral (TS-CPC) y la endociclofotocoagulación (ECP), cada una con características específicas.

Ciclofotocoagulación transescleral (TS-CPC)

La TS-CPC utiliza un láser de diodo (longitud de onda de 810 nm) aplicado externamente a través de la esclerótica para coagular los procesos ciliares. La energía láser es absorbida por la melanina de los tejidos ciliares, lo que provoca una destrucción controlada que reduce la secreción de humor acuoso. Este procedimiento, que suele realizarse bajo anestesia retrobulbar o peribulbar debido a su naturaleza dolorosa, tiene una duración aproximada de 15 a 30 minutos y se realiza de manera ambulatoria. La ventaja principal de la TS-CPC es su menor invasividad en comparación con las cirugías tradicionales de filtración, lo que permite una recuperación más rápida. Sin embargo, su carácter destructivo implica riesgos como la hipotonía (presión ocular excesivamente baja), inflamación postoperatoria o, en casos raros, atrofia del globo ocular. Estudios han reportado tasas de hipotonía que varían entre el 0% y el 18%, siendo el glaucoma neovascular un factor de riesgo significativo.

Endociclofotocoagulación (ECP)

La ECP, por otro lado, es una técnica más precisa que utiliza un endoscopio para visualizar directamente los procesos ciliares durante la cirugía. Esto permite una aplicación más controlada del láser, minimizando el daño a los tejidos circundantes. La ECP es menos destructiva que la TS-CPC y se asocia con una menor incidencia de complicaciones como la hipotonía. Este procedimiento es ideal para pacientes con glaucoma en etapas menos avanzadas o en combinación con otras cirugías, como la catarata. Sin embargo, requiere un quirófano equipado con tecnología endoscópica, lo que puede limitar su disponibilidad en algunos centros médicos.

Ciclofotocoagulación con láser de micropulso

Una innovación reciente en el campo es la ciclofotocoagulación transescleral con láser de diodo de micropulso (MP-TSCPC). Este método utiliza pulsos cortos de energía láser para reducir el daño térmico a los tejidos circundantes, mejorando el perfil de seguridad. Los ajustes típicos incluyen 2,000 mW de energía durante 80 segundos por arco, con un total de dos arcos para completar el tratamiento. Este procedimiento no solo actúa sobre el cuerpo ciliar, sino que también puede aumentar el flujo uveoescleral, proporcionando un mecanismo dual para la reducción de la PIO. La MP-TSCPC es una opción prometedora para pacientes con glaucoma refractario, aunque se necesitan estudios a largo plazo para confirmar su eficacia y reproducibilidad.

Ciclodialización: Una alternativa menos común

La ciclodialización es otro procedimiento quirúrgico dirigido al cuerpo ciliar, aunque menos utilizado en la práctica moderna debido a su mayor invasividad y complicaciones. Este método implica la separación quirúrgica del cuerpo ciliar de la esclerótica, creando un canal que facilita el drenaje del humor acuoso hacia el espacio supracoroideo. La ciclodialización puede ser efectiva en casos específicos, como el glaucoma congénito o traumático, pero su uso ha disminuido con el desarrollo de técnicas menos invasivas como la ciclofotocoagulación. Las complicaciones incluyen inflamación prolongada, hemorragias intraoculares y un mayor riesgo de hipotonía, lo que limita su aplicación a casos muy seleccionados.

Blebitis: Una complicación de las cirugías de filtración

Las cirugías de filtración, como la trabeculectomía, son otro pilar en el tratamiento del glaucoma avanzado. Estas intervenciones crean una vía artificial para el drenaje del humor acuoso, formando una ampolla o «bleb» en la conjuntiva. Sin embargo, esta ampolla puede ser susceptible a infecciones, dando lugar a la blebitis, una inflamación de la vesícula conjuntival que puede progresar a una endoftalmitis si no se trata rápidamente. Los síntomas de la blebitis incluyen dolor ocular, enrojecimiento, secreción y disminución de la agudeza visual. La blebitis puede ser desencadenada por infecciones bacterianas, como las causadas por *Staphylococcus* o *Streptococcus*, y su incidencia es mayor en blebs delgadas o con fugas. El tratamiento incluye antibióticos tópicos y, en casos graves, hospitalización para la administración de antibióticos intravenosos. La prevención de la blebitis requiere un seguimiento riguroso postoperatorio y la educación del paciente sobre los signos de infección.

Indicaciones y consideraciones clínicas

La elección entre la ciclofotocoagulación, la ciclodialización y las cirugías de filtración depende de varios factores, como el tipo de glaucoma, la agudeza visual del paciente, la respuesta a tratamientos previos y la experiencia del cirujano. La ciclofotocoagulación, especialmente en su variante de micropulso, es preferida en pacientes con glaucoma refractario o en ojos con pronóstico visual limitado, debido a su menor invasividad y rápida recuperación. La ciclodialización, por su parte, se reserva para casos excepcionales debido a su mayor riesgo de complicaciones. Las cirugías de filtración, aunque efectivas, requieren un manejo cuidadoso para evitar complicaciones como la blebitis.

Redacción UNO

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