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Trabeculectomía: Todo lo que Debes Saber sobre el Estándar de Oro en Cirugía de Glaucoma

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La trabeculectomía es considerada el estándar de oro en la cirugía de glaucoma, un procedimiento quirúrgico que busca reducir la presión intraocular (PIO) en pacientes diagnosticados con esta enfermedad. El glaucoma es la segunda causa de ceguera en el mundo y puede llevar a la pérdida irreversible de la visión si no se trata adecuadamente. En este artículo, exploraremos en profundidad qué es la trabeculectomía, sus indicaciones, técnicas quirúrgicas, resultados a largo plazo y cuidados postoperatorios.

¿En qué consiste la trabeculectomía?

La trabeculectomía es un procedimiento quirúrgico que crea una nueva vía de drenaje para el humor acuoso, el líquido que se produce en el interior del ojo. Este líquido, en condiciones normales, fluye hacia la cámara anterior del ojo y se drena a través de la malla trabecular hacia el sistema venoso. En los pacientes con glaucoma, este drenaje se ve comprometido, lo que provoca un aumento en la PIO.

Durante la cirugía de trabeculectomía, se realiza una pequeña incisión en la parte superior del ojo, lo que permite la creación de una «burbuja» o «filtración» que facilitará el drenaje del humor acuoso hacia el espacio subconjuntival. Esto ayuda a reducir la presión intraocular y, por ende, a prevenir el daño al nervio óptico, que es fundamental para la visión.

Indicaciones para la trabeculectomía

La trabeculectomía está indicada principalmente en pacientes que no han respondido adecuadamente a los tratamientos médicos (gotas para los ojos) o a otros procedimientos menos invasivos. Algunas de las indicaciones más comunes incluyen:

  1. Glaucoma primario de ángulo abierto: Es el tipo más común de glaucoma y, a menudo, es asintomático en sus etapas iniciales. Cuando los tratamientos médicos no son eficaces, la trabeculectomía puede ser necesaria.
  2. Glaucoma de ángulo cerrado: Este tipo de glaucoma ocurre cuando el ángulo entre la córnea y el iris se cierra, lo que impide el drenaje adecuado del humor acuoso. La cirugía puede ser una opción después de la descompresión del ángulo.
  3. Glaucoma secundario: Incluye casos de glaucoma asociado a enfermedades como la uveítis o la diabetes. La trabeculectomía puede ser una opción cuando otras terapias no han tenido éxito.
  4. Glaucoma congénito: En los niños con glaucoma congénito, la trabeculectomía puede ser una solución efectiva para controlar la presión ocular.

Técnicas quirúrgicas y variaciones de la trabeculectomía

Existen diferentes enfoques y técnicas para llevar a cabo una trabeculectomía, y la elección del método depende de la experiencia del cirujano, la anatomía del ojo del paciente y la severidad del glaucoma. Algunas de las técnicas más comunes son:

1. Trabeculectomía estándar

Esta es la técnica más común y consiste en crear una pequeña abertura en la esclera (la parte blanca del ojo) y permitir el drenaje del humor acuoso hacia el espacio subconjuntival. Se utiliza un flap de tejido conjuntival para cubrir el área de drenaje y se asegura que la presión intraocular se mantenga en niveles óptimos.

2. Trabeculectomía con mitomicina C

La mitomicina C es un agente quimioterapéutico que se utiliza para prevenir la formación de tejido cicatricial en el sitio de la cirugía. Se aplica durante la intervención para mejorar la tasa de éxito del procedimiento. Esta técnica es particularmente útil en ojos que han tenido cirugía previa o donde se anticipa que el tejido cicatricial podría ser un problema.

3. Trabeculectomía con implantes de drenaje

En algunos casos, se pueden usar dispositivos de drenaje para ayudar a controlar la PIO. Estos implantes se colocan en el ojo para facilitar el drenaje del humor acuoso y pueden ser una alternativa o complemento a la trabeculectomía convencional.

4. Microtrabeculectomía

Esta variación utiliza técnicas menos invasivas, con incisiones más pequeñas y menos trauma para los tejidos oculares, lo que puede resultar en una recuperación más rápida y menos complicaciones postoperatorias.

Resultados a largo plazo: tasa de éxito y complicaciones

La tasa de éxito de la trabeculectomía varía dependiendo de varios factores, incluyendo la experiencia del cirujano y la condición basal del ojo. En general, estudios han mostrado que entre el 50% y el 90% de los pacientes experimentan una reducción significativa en la PIO a largo plazo.

Sin embargo, como cualquier procedimiento quirúrgico, la trabeculectomía no está exenta de complicaciones. Algunas de las complicaciones más comunes incluyen:

  • Hipotonía: Una presión ocular demasiado baja que puede causar daño al ojo.
  • Infección: Aunque rara, la infección puede ocurrir y requiere tratamiento inmediato.
  • Cicatrización excesiva: La formación de tejido cicatricial puede obstruir el drenaje y volver a elevar la PIO.
  • Desprendimiento de retina: En casos raros, esto puede ocurrir y necesita intervención urgente.

Es esencial que los pacientes sean informados sobre los riesgos y beneficios de la cirugía y que se realicen controles periódicos para monitorizar la PIO y detectar cualquier problema a tiempo.

Cuidados postoperatorios: claves para el éxito de la intervención

Los cuidados postoperatorios son fundamentales para el éxito de la trabeculectomía. A continuación, se presentan algunas pautas clave:

  1. Seguimiento regular: Es crucial asistir a todas las citas de seguimiento programadas con el oftalmólogo. Estas visitas permiten evaluar la presión intraocular y detectar complicaciones tempranas.
  2. Administración de medicamentos: Se prescriben gotas para los ojos, incluyendo antibióticos y antiinflamatorios, que deben administrarse según las indicaciones del médico para prevenir infecciones y controlar la inflamación.
  3. Evitar el esfuerzo físico: Durante las primeras semanas postoperatorias, los pacientes deben evitar actividades que requieran esfuerzo físico, como levantar objetos pesados o practicar deportes.
  4. Protección ocular: Utilizar gafas de sol y evitar frotarse los ojos son medidas importantes para proteger el sitio de la cirugía y asegurar una buena recuperación.
  5. Hablar sobre síntomas inusuales: Cualquier síntoma como disminución de la visión, enrojecimiento severo o dolor intenso debe comunicarse inmediatamente al médico.
  6. Estilo de vida saludable: Mantener un estilo de vida saludable, que incluya una dieta balanceada y la abstención del tabaco, puede contribuir a una mejor salud ocular.

Conclusión

La trabeculectomía se erige como el estándar de oro en la cirugía de glaucoma, ofreciendo una opción efectiva para controlar la presión intraocular y prevenir la pérdida de visión en pacientes con esta enfermedad. A través de técnicas quirúrgicas avanzadas y un cuidadoso manejo postoperatorio, se pueden lograr resultados satisfactorios. La clave para el éxito radica en una adecuada selección de pacientes, una técnica quirúrgica precisa y un compromiso continuo con el seguimiento y el cuidado ocular. La educación del paciente y el trabajo conjunto con un equipo de oftalmología son esenciales para maximizar los beneficios de esta intervención vital en la lucha contra el glaucoma.

Redacción UNO

Especialistas en oftalmología

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